Consciente de que no había más balas que gastar, varió Chus el cinco inicial respecto al habitual y puso en pista a los brates junto al Facu, Abalde y Tavares. Toda la artillería ofensiva de inicio.
El Madrid salió mejor que el Olympiacos y, con un juego bastante fluido, fue capaz de establecer una primera ventaja de 5-7 puntos durante gran parte del primer cuarto. Sin abusar del triple y con un buen trabajo en el bloqueo central, el Madrid movía correctamente la bola ante una defensa algo pasiva del Olympiacos. Por el equipo griego, era William Goss el que mantenía a su equipo en el partido con muy buenas decisiones en ataque.
Un Musa desatado por fin en un partido decisivo se iba hasta los 12 puntos al final del primer cuarto y el Madrid cerraba el cuarto con una excelente acción individual de Andrés Feliz que dejaba el marcador en 28-21. A diferencia de los dos primeros partidos, se había cerrado bien el rebote defensivo y se estaba cuidando la bola, con solo un balón perdido al final de primer cuarto.
Sin embargo, la gran virtud del baloncesto griego y especialmente del Olympiacos, es que sus equipos no se descomponen nunca y están siempre esperando su momento hasta que llega.
Le sentó mucho mejor a Olympiacos el paso por el banquillo y, tras lograr el Madrid una máxima ventaja de 9 puntos, subieron un punto la intensidad defensiva y empezaron a mover mejor el balón y la ventaja inicial del Madrid se evaporó merced a un parcial de 0-8 que dejaba el partido en 30-29. El Madrid pagaba la falta de puntos de su segunda unidad, mientras el equipo griego empezaba a castigar las debilidades del equipo blanco.
Con el trío arbitral ya a pleno rendimiento (Belosevic y Difallah, nos colocó el cachondo de Bodiroga, seguramente para compensar la baja de Fournier), los griegos se ponían por primera vez por delante. Desde ese momento hasta el final del cuarto, sería el Olympiacos el que marcaría el ritmo del partido, con un William Goss haciendo mucho daño y con los griegos moviendo muy bien el balón.
A pesar de que cada vez más equipos basan su juego en un abuso del bote, con un jugador comiéndose más de la mitad de la posesión amasando el balón antes de empezar a hacer algo, el baloncesto europeo siempre se ha basado en el pase y en eso Olympiacos son maestros desde hace muchos años.
El Madrid se diluía a ojos vista y los del Pireo se iban al descanso con una renta de seis puntos (38-44) pero, sobre todo, dando la impresión de ser muy superiores al equipo blanco.
Recompuso su equipo inicial Mateo al comienzo del tercer cuarto y, apretando en defensa, lograba ahogar el juego de ataque del rival y de nuevo empataba el partido, con Hezonja tomando el relevo de Musa durante estos minutos.
Pasados los primeros minutos de dominio del Madrid, el partido entró en una fase en la que ambas defensas eran muy superiores a los ataques. Con ambos equipos con muchos problemas para mover el balón y ya no digamos para poner un balón dentro de la pintura, el cuarto se cerraba con el Madrid dos puntos arriba, 58-56.
El Madrid salió en tromba en el último cuarto y, a base de muy buenas defensas, podía correr y también meter balones dentro de la pintura y obligaba a Bartzokas a parar el partido con el marcador 67-60 en contra. Sin embargo, el Madrid, con solo Abalde de los titulares en cancha, había entrado en combustión y conseguía estirar la ventaja hasta los 10 puntos por primera vez en el partido.
Pero ya hemos dicho que Olympiacos es un equipo que nunca se va de los partidos y al que hay que matar varias veces. Seis puntos consecutivos de Vezonkov volvían a apretar el partido y sembraban la inquietud en la grada. No se contagiaba esa inquietud al equipo, que era capaz de mantener controlados los nervios y terminaba llevándose el partido por 80-72.
Hezonja, Musa y Tavares pusieron los puntos, pero el partido lo ganó la excelente defensa desplegada en la segunda parte, especialmente por la segunda unidad más Alberto Abalde, que consiguió ahogar el juego de ataque de Olympiacos.
Victoria muy trabajada que permite al Madrid luchar un día más. Tras el decepcionante primer partido, el Madrid ha encontrado la manera de competir contra un equipo que es sobre el papel superior, a base de apretar los dientes en defensa y minimzar los errores en ataque.
El jueves se disputará el cuarto partido de la serie. Al Olympiacos le seguirá quedando una bala en la recámara y el Madrid está obligado a ganarlo si quiere seguir vivo en la competición.
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