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Los nombres de la Euroleague | Alexey Shved

Sonríe, le decía Ricky Rubio. Tienes que ser feliz. Detrás de los eternos ojos entornados de Alex Shved se encuentra un auténtico nombre de la Copa de Europa. Obvio, jugador con clase, acaparador de portadas, premios al mejor jugador del partido. Generador del mayor porcentaje de puntos del equipo. Amado, seguido, odiado o incomprendido. El base ruso no deja nunca indiferente a nadie.

Shved es el jugador que más triples ha metido (49) y el que más lo intenta (47 triples tirados más que el segundo, el Chacho)

Es más, es de las primeras auténticas estrellas de las que vamos a dedicar un rinconcito de esta nuestra sección de nombres. El jugador que más cobra del continente… hasta hace una semana. ¿El porqué? La famosa multa con la que el equipo de Bartzokas intenta levantar no sólo el ánimo del Khimki sino también el hambre. Hambre de no sólo exhibir clase, sino dejarla empapada de sudor y si hiciese falta, sangre por la victoria.

Porque de Khimki ya hemos hablado no sólo en ésta web, sino en todos los medios dedicados a la pelotita naranja europea. Un buen equipo, repleto de calidad y técnica por todos lados: Anthony Gill, Malcolm Thomas o James Anderson serían un auténtico combo ofensivo para que lo temiera cualquier equipo de la competición. Thomas Robinson un físico difícil de defender, complementos que parecían tener un hueco más que importante como Monia o Markovic.

En primera línea, Shved. ¿Intuyen por dónde vamos a ir? Sí. Hemos repetido palabras como clase, técnica, calidad, talento ofensivo. Pero es cierto que el conjunto amarillo ha perdido chispa en el último mes. Competitividad. Cohesión, en definitiva.

Fue el MVP del partido en el Wizink Center en la victoria de Khimki ante el Real Madrid.

Claro, todos miramos al base que no sonríe. Aunque si me permiten el atrevimiento, nunca consideré que el ruso no fuese feliz jugando. De hecho pocos jugadores me han transmitido tanta felicidad en una cancha. Aún con sus ojos entornados. Porque Ricky necesita una sonrisa de oreja a oreja pero Shved es pura sorna. Esa sonrisa cínica y ojos entornados del que es feliz siendo como es. Y jugando como un auténtico sinvergüenza.

Entiendan bien la palabra: no tiene un ápice de vergüenza en fallar un triple y acto seguido volverlo a intentar. Porque sabe que él los mete. También lo sabe Bartzokas. En el partido ante FC Barcelona, el equipo funcionaba bien con Markovic, Jenkins y Anderson. Cuando salió Shved se las jugó de tal manera y tal cantidad que la diferencia que consiguieron los azulgranas fue insalvable.

Y claro, todos miramos al base anárquico. Pero él tiene que ser así porque bajo esa imprevisibilidad genera la ventaja. La cuestión es ese dejarse llevar que contagió al resto. Quizá no fue Alex, sino los demás. Quizá es una jerarquía que no quedó establecida como debía al inicio de la campaña. Quizá a Bartzokas se le escapó explicar a anotadores como Malcolm Lee o Anthony Gill que más allá de su contrato está el auténtico líder. Una multa que busca centrar objetivos quizá no es la mejor de las soluciones cuando parece que los objetivos individuales no quedaron preestablecidos al inicio de campaña. Pero quizá ayude a dar un paso más el próximo mes. Porque Khimki tiene mimbres para cogerse en los primeros puestos de la clasificación, pero la competitividad actual le acerca al abismo.

Camina cabizbajo pero realmente está pensando desde dónde tirará la siguiente.

Esta es la idea del Presidente del Khimki, Dimitri Globkov. E incluye a todos, desde Marko Todorovic a Georgios Bartzokas. Y obviamente a Shved. Un claro “cariño, tenemos que hablar”.

Pero uno ve esos párpados caídos, esa sonrisa pícara, significativa. Y sabe que en sus manos estará que los sueldos retirados vuelvan a sus cuentas. Siendo el mayor anotador de la Copa de Europa (21.8 puntos de media) y el cuarto mejor valorado (19.38). Les guste o no, para bien o para mal, querido u odiado.

Enfrente tendrá a un gran rival. A Luka Doncic. Se viene tiempo de la redención. Y ante el Real Madrid de las bajas. Los focos le apuntan, él no va a huir nunca de esa situación. Porque es un valiente. Y ahí está el secreto de su felicidad. Le querrás o le odiarás con la resolución, irás o no con él. Pero será una de las claves allá donde esté.

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