Opinion

#Opinión / El Real Madrid más ‘barcelonizado’ no se ha respetado a sí mismo

La salida de Pablo Laso como entrenador del Real Madrid de baloncesto podría haber sucedido en cualquier momento, creo que eso es lo de menos aquí. Al fin y al cabo, los más grandes se fueron y nosotros, los blancos, seguimos ganando con cualquier circunstancia, con diferentes jugadores y directores técnicos, también presidentes… y sobre todo, directores de sección. Es una realidad, por mucho que le pese a Juan Carlos Sánchez Lázaro, ya que, si el club se hubiera guiado por sus gustos baloncestísticos, seguramente no se habría ampliado el palmarés de esta manera, y quien sabe si los jugadores que vemos cada fin de semana habrían decidido venir aquí.

Parafraseando a Sánchez Blas: «Este Madrid no se entiende sin Laso, y nadie diría que esto es el Real Madrid de Juan Carlos Sánchez». Corto, conciso y real, si nos atenemos a lo visto de puertas hacia fuera, pero también hacia dentro. Muchos madridistas nos acordamos del episodio con Thomas Heurtel, cuando el FC Barcelona le dejó en el aeropuerto porque estaba negociando con nuestro club, y aquel momento de bajeza moral se equipara por completo a lo visto estos últimos días con el vitoriano, aunque este nos afecta más, que es «de los nuestros». El problema no es solo «las formas», la falta de señorío en las actuaciones de los dirigentes blancos desde el pasado mes de abril es palpable, aunque llevan siendo así desde el 2014 por parte de nuestro director de sección. Aunque los borregos continúen comprando versiones incorrectas, que falten a la verdad y que, además, pueden haber cometido actos más que reprobables desde el punto de vista ético y jurídico, la historia y la realidad prevalecerá, si no es ahora, lo hará en un tiempo.

La contradicción cometida por el Real Madrid, el club del que llevo siendo seguidor desde que tengo uso de conciencia, y que vivo más que muchas otras cosas en mi día, ha dejado de representar a muchísimos madridistas, exponiendo al mundo un ridículo que nunca teníamos que haber cometido. Por otro lado, siempre ha quedado demostrado en la historia, desde Publio Quintilio Varo hasta Juan Carlos Sánchez, el ego desmedido y la falta de conciencia grupal para admitir ciertas cosas, dinamita situaciones idóneas en un contexto de unión completamente favorable. De cualquier manera, esto no es exclusivamente culpa suya, sino también de Florentino Pérez, el presidente y máximo mandatario, ya que, con la falta de transparencia y una política de comunicación del Paleozoico, ha contribuido a finalizar una de las etapas más gloriosas de la sección. Esto es imperdonable desde cualquier prisma, seas seguidor o no, porque tratar a un técnico, y encima de la casa, como un «lisiado» o un «enfermo» habiendo razones positivas para su continuidad, es deleznable. Por otro lado, no haber parado una guerra interna ya conocida desde hace tantos años es otra negligencia, aunque hoy por hoy… todos conocemos al gran culpable.

En cuanto a Chus Mateo, ya es nuestra bandera, nuestro entrenador y la prolongación de los aficionados en la cancha. Es y será un grandísimo ‘coach’, y se merece nuestro apoyo y calor, no solo por la situación, ni tampoco por el final de temporada y esta Liga ACB tan especial, sino porque es del Real Madrid, y nada más. Pablo Laso es ya historia y leyenda de este equipo, sentándose en la mesa de Lolo Sainz y Pedro Ferrándiz, y solo queda que arrodillarse y dar las gracias por tantos partidos, tantas victorias y por la emoción que siempre hemos sentido al ver a estos nuestros gladiadores pelear cada encuentro como si fuera el último. La bandera blanca ondeará de nuevo, las memorias se honrarán y la historia, tan caprichosa ella, se quedará con los nombres que verdaderamente aportaron aquellos ladrillos para construir algo bueno, como bien hizo Dani Carvajal en Valdebebas hace tantos años.

Deja una respuesta