Opinion

#Opinión | El final de una era, de la peor manera posible

Un 29 de junio de 2011, Pablo Laso fue presentado como nuevo técnico del Real Madrid. Durante esos días, corrieron ríos de tinta en la prensa para hablar sobre la firma de un entrenador con muy poca experiencia en la élite, además del malestar general de la afición, la cual llegó manifestarse en contra del fichaje del preparador vitoriano. Justamente 11 años después, un 29 de junio de 2022, Juan Carlos Sánchez, el mismo que no le quiso firmar (su opción era Repesa) le comunicó que sí no aceptaba las condiciones impuestas por el club debido a su estado de salud, debería dejar el cargo de primer entrenador del equipo merengue.

Laso, apoyado tanto por el cardiólogo que le realizó la operación como por el propio médico de la sección de baloncesto (con dilatada trayectoria en equipos deportivos entre Real Madrid de baloncesto y Ciudad Real de balonmano), rechazó la propuesta de la dirección, viéndose con fuerzas para retomar la actividad como entrenador jefe pasado el verano. Sánchez se salía con la suya, y Pablo Laso dejaba de ser entrenador del conjunto blanco tras 11 temporadas, 44 torneos disputados, 33 finales alcanzadas y 22 títulos logrados, además de cientos y cientos de horas de diversión y alegría viendo a su equipo jugar.

Pero, ¿cómo se ha llagado a este punto? Todos sabemos que tras disputar el segundo partido de las semifinales ACB ante Baskonia, Laso sufrió un infarto (versión oficial) de madrugada, siendo ingresado ipso facto. Lo extraño fue que recibió el alta y salió conduciendo a los dos días de ser ingresado, algo casi prohibido para la gente que ha sufrido esa dolencia cardíaca. Luego, Chus Mateo se hizo cargo del equipo en la recta final de la competición, y la liga acabó como todos ya sabemos.

Durante el año ya hubo cantos de sirena acerca de una posible destitución de Laso debido a la nefasta racha del equipo, acallados poco después con los extraordinarios playoffs de Euroliga, y a la postre, el doloroso subcampeonato continental. Pero no es nada nuevo que la dirección quisiese cesar a Laso de sus funciones, ya que durante su etapa como técnico merengue, su puesto ha estado en entredicho en un par o tres de ocasiones (y siempre por la misma persona). Finalmente, el manager de la sección logró salirse con la suya apoyado con un informe médico elaborado por el médico del Real Madrid, el cual se contradice con los mentados anteriormente (cardiólogo y médico de la sección).

Al final, la imagen que ha quedado mal parada es la del club, con un departamento de comunicación indigno del mejor equipo deportivo del mundo, y con el abrupto cese de uno de los tres mejores entrenadores de la historia de la sección, juntamente a Pedro Ferrándiz y Manuel Sáinz. Ahora, se abre un nuevo capítulo en el banquillo blanco, el de Chus Mateo. Chus merece el apoyo y el cariño de la afición, ya que ha demostrado durante los años que es un entrenador asistente como la copa de un pino, y que conoce la estructura del equipo y su relación con los jugadores es inmejorable (aunque el ambiente esté enrarecido a día de hoy). Ahora, no tengo tan claro que la dirección le de el margen que Mateo necesita para aclimatarse al puesto, ya que sabemos que el banquillo merengue es uno de los más complicados y exigentes del viejo continente (que pregunten a Obradovic, Scariolo, Maljkovic o Messina).

Laso vino entre polémica, y se marcha entre ella, pero por motivos muy dispares. De manifestarse en contra de su contratación, a amagar con hacerlo por su despido. Laso estará siempre en la memoria y los corazones de los madridistas, se lo ha ganado con todo lo logrado con los años, pese a que cuatro personajes que se creen lúcidos por redes sociales piensen lo contrario. Gracias por todo Pablo, te seguiremos allá donde te lleve este maravilloso deporte.

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