El Madrid se queda a las puertas de la Final Four tras perder una ventaja de 14 puntos. Un arbitraje impropio de una cita como esta (42-24 en faltas personales) impidió que los blancos asentaran su renta en varias ocasiones. El Chacho con 23 puntos y De Colo con 21 fueron la gran pesadilla rusa.
Estos partidos no son para jugadores flojos. Tavares demostró desde el comienzo por qué estaba llamado a ser uno de los grandes nombres de la Final Four. El pívot madridista anotó los primeros cuatro puntos de su equipo y puso el cerrojo en la zona con dos tapones en los primeros cinco minutos. Por parte moscovita, Clyburn asumió los galones en ataque y minimizó los daños colaterales de la superioridad de Tavares, aunque ello no impidió que el Madrid cogiese la primera pequeña ventaja del duelo (7-13, min. 5).
Itoudis solicitó tiempo muerto y ambos conjuntos aprovecharon para renovar a sus bases. De primeras, el cambio le salió bien al Madrid, con Llull moviendo bien a sus compañeros y continuando sacando provecho al factor Tavares (11-22, min. 9). El Chacho entró en escena y, con 7 puntos prácticamente consecutivos, dejó el encuentro en un marcador mucho más acorde a la cita al final de los primeros diez minutos (18-22).
La inercia negativa para los blancos prosiguió con el comienzo del segundo cuarto. Sergio Rodríguez, con visibles ganas de dejar claro lo gran jugador que es, endureció la defensa sobre Llull y el Madrid se quedó sin ideas. Los tiros dejaron de entrar y, casi por inercia, los rusos empataron el partido en el minuto 13 (26-26). Laso sentó a Llull y dio entrada a Causeur y, aunque el francés tampoco fue quien de detener al Chacho (14 puntos y 3 asistencias al descanso), sí contribuyó con 5 puntos vitales para mantener el partido empatado (36-36, min. 16). A ellos se sumarían otros 4 más que, junto a un triple de Thompkins daban nuevamente aire al Madrid al borde del descanso (37-43) pero Clyburn con un 2+1 y un triple sobre la bocina, dejaba el partido en solo dos puntos de distancia (43-45).
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— KIA en Zona 🏀 (@kiaenzona) 17 de mayo de 2019
Tras la vuelta de vestuarios el ambiente se endureció. Campazzo y Sergio Rodríguez protagonizaron un intenso duelo que los árbitros decantaron a favor rusa con varias decisiones de dudosa rigurosidad. Pese a ello, un triple de Campazzo y una canasta de Ayón separaron, otra vez, a los de Laso en el marcador (48-56, min. 24). Otra jugada en entre dicho dio tres tiros a De Colo pero el francés no los aprovechó y el Real Madrid despertó del todo. Campazzo, otra vez, se inventó la canasta del partido y con él, Randolph anotaba a continuación un triple que hacía saltar a la numerosa afición madridista repartida por el pabellón (50-61, min. 25).
A partir de ese momento volvió a escena la figura de Causeur. El galo se fue hasta los 16 puntos al final del cuarto y, gracias a su valiosa aportación, los suyos obtuvieron la máxima renta del encuentro (58-71, min. 18). Pero, como sucedió cada vez que el Madrid conseguía separarse en el marcador, los árbitros volvieron a señalar dos faltas dudosas que frenaban el ímpetu merengue. Junto a ello, llegó un triple del Chacho y la brecha se quedó en 8 puntos al final del tercer cuarto (58-71).
El bochorno arbitral continuó en el último periodo, con otra técnica inexplicable a Pablo Laso que terminaba por desesperar a un Real Madrid que vio como en un visto y no visto su ventaja se había ido al traste (76-78, min. 34). Dos minutos más tarde, Clyburn empataba el partido 80-80 y, ahí sí, el miedo comenzaba a apoderarse de la grada merengue. Llegaba un partido nuevo que ganó el CSKA.
Pese a que el Madrid golpeó primero con un triple de Taylor, Nando de Colo emergió de la manera más grande para poner a los suyos por delante y ya no perder nunca ese liderazgo. Con cuatro abajo, Llull anotó un triple que ponía el duelo a 1 punto. A continuación, Chacho no falló desde el tiro libre y Llull tuvo de nuevo bola para empatar, pero su triple salió rebotado del aro y el Madrid quedó apeado de la lucha por su undécima Copa de Europa.
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