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Crónica #F4Glory | Ayón y Campazzo ganan el duelo que nadie quería disputar (75-94)

El partido que nadie quiere jugar. Así se puede definir el duelo que año tras año disputan los equipos apeados de la lucha por el título en la Final Four. Por consiguiente, con el entusiasmo que se intuye dada la situación, salieron Real Madrid y Fenerbahce al parqué de un Fernando Buesa Arena visiblemente vacío en el salto inicial. Eso sí, con el paso de los minutos y para respiro de la organización, fue cogiendo algo de color. El partido también hizo lo propio,.

Porque de inicio el único que se presentó en el parqué fue el Madrid. Con Laso animando a los suyos desde la banda e intentando impregnarles una intensidad difícil de florecer por sí sola, los blancos abrieron brecha gracias a Felipe Reyes y Ayón (9-22). En ese instante, la afición turca comenzó a apretar y contagió a los suyos, quienes aun así, solo pudieron acercarse a 8 puntos al final del primer cuarto (16-24).

Los cánticos de la hinchada amarilla prosiguieron y los de Obradovic se vinieron completamente arriba. El Madrid perdió hasta 6 balones en el cuarto y con un contundente parcial de 24-14, Fenerbahce consiguió revertir completamente la situación e irse al descanso por delante en el marcador (40-38). Laso tenía, por enésima vez, un duro trabajo psicológico en el descanso.

Campazzo impuso su ley en la segunda parte

El Real Madrid salió más enchufado de la vuelta de vestuarios. Con un gran Ayón (14 puntos en el cuarto) y Facu Campazzo (12 puntos y 15 asistencias) en la dirección, los blancos recuperaron la renta perdida en los primeros 5 minutos del tercer periodo (50-56). Fenerbahce reaccionó con un 10-0 de parcial, comandados por Guduric pero, como parte del guion de intercambio, los de Laso devolvieron la estocada con otro contundente parcial de 3-13 que los dejaba 63-69 arriba con 10 minutos aún por disputarse.  

En el último cuarto el liderazgo del partido ya no cambiaría de color. El Madrid, más contundente y con una marcha más, se impuso física y mentalmente a un Fenerbahce abatido. Laso dio entrada a Yusta y Prepelic quienes, como consuelo, también dejaron su sello en forma de canasta. Al final, 75-94 en el marcador y 300.000 euros en las arcas blancas que, eso sí, no consuelan a nadie.

María Veiga

Periodista gallega que disfruta del baloncesto en Madrid... y donde sea.

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