RMB Vintage

#RMBVintage – Cuando las Ligas se ganaban en el primer partido

Portada cronica MD

En la era moderna del baloncesto, con sus sistemas de competición basados en playoffs y finales, los primeros meses de temporada suelen tener poca importancia para los equipos llamados a pelear por alcanzar coronas en primavera. Las derrotas no son decisivas y hasta enero, los equipos van perfilando sistemas y rotación. Sin embargo, décadas atrás, un título podía decidirse en la primera jornada de competición algo que hoy nos suena a ciencia ficción. #RMBVintage activa la máquina del tiempo para viajar a un domingo de noviembre de 1973, cuando el Real Madrid recibía en la primera fecha de competición en el Pabellón de la Ciudad Deportiva al FC Barcelona y la por entonces llamada Liga Nacional de Baloncesto iba a quedar perfilada tras el 125-65 que logró el conjunto madridista en un día histórico que también fue el del debut en partido oficial de Walter Szczerbiak.

Era 1973. Nino Bravo y su “América, América” estaban en el número 1 de 40 Principales mientras Can the Can de Suzi Quatro era el single que copaba las listas de ventas de nuestro país. Los relatos cuentan que, en aquel domingo 11 de noviembre, el paso del otoño comenzaba a sentirse en la capital, las temperaturas a penas superaron los 10º y durante todo el día un viento frío recorrió las calles de Madrid. Nada mejor que protegerse del viento que viendo el debut en Liga del Real Madrid en el Pabellón de la Ciudad Deportiva mientras se comentaba la derrota por 1-0 que el primer equipo de fútbol había cosechado el día anterior en su visita al Valencia CF, del que se quedaba a 4 puntos de distancia. Según reza la crónica publicada en la página 34 del periódico Mundo Deportivo de lunes, 12 de noviembre de 1973, “el Pabellón se llenó como hace tiempo que no se veía”.

Favoritismo local

La condición de favorito del Real Madrid era innegociable. Dominaba la competición nacional con mano firme y puño de hierro: había conquistado 13 de las últimas 14 ediciones. La diferencia con respecto al Barça era sideral ya que el club catalán sólo había alzado un trofeo de campeón de España en el ya lejano 1959. El inicio de la crónica del choque que publicaba el periódico ABC en su página 79 de martes, 13 de noviembre de 1973 (no había edición los lunes) es concluyente: “se levantó el telón de la Liga con el panorama habitual de los últimos 15 años: sólo hay un equipo y evidentemente éste es el Real Madrid que superó a un Barcelona desdibujado, ya en sus planteamientos, en su política de fichajes e incluso en sus objetivos”.

El FC Barcelona se presentó en la Ciudad Deportiva del Real Madrid con la sana intención de pelear por el título, a pesar de que el Juventud (denominación de la época) había sido el único capaz en parar al equipo blanco en la temporada 1966/1967. El resultado no pudo ser más desalentador para el club blaugrana: 125-65. Una diferencia que para ABC se antojaba “una losa demasiado pesada, que equivale a apartar a los catalanes de cualquier aspiración a la victoria en esta Liga, pues salvo auténtico milagro el Madrid solo puede perder en Badalona, ante el Juventud”. Ya sólo quedaba un candidato que había comenzado la temporada perdiendo (83-82) en su visita “sabatina” al Vallehermoso madrileño.

Como señalaron las crónicas, la debacle azulgrana no podía justificarse con la baja de Charles Thomas, un pívot de 2,01 formado en la universidad de Cal State LA que hizo carrera en los clubes de Cataluña. El ex Golden Eagle, que había sido el máximo anotador de la competición española en dos ocasiones (1969 y 1970) con el CB Sant Joseph Irpen, consiguió la doble nacionalidad y en 1972 recaló en la Ciudad Condal para firmar por el club culé.

Con quién sí pudo contar el Barça fue con el otro nacionalizado de la plantilla, el pívot estadounidense de 2,08 Norman Carmichael, que estuvo nueve temporadas en el club, siendo el extranjero de mayor permanencia en la entidad aunque no ganó ninguna Liga debido al dominio blanco de la competición. Un jugador con una gran destreza para atrapar rechaces, como corrobora que su promedio de reboteador en su mejor temporada con los Cavaliers de Virginia no pudo ser mejorado años después por el mítico Ralph Sampson en ninguno de sus cuatro años de estancia en esta universidad.

La última contratación culé también pudo ser alineada para medirse al Real Madrid: Héctor ‘El Mago’ Blondet. Escolta de padres puertorriqueños pero nacido en Brooklyn que recaló en Barcelona para ser su gran estrella. Había sido el tercer máximo anotador de los Juegos Olímpicos de Múnich’72, con una media de 16,7 puntos, 0,3 décimas superior a la del madridista Clifford Luyk, pero lejos de los de los 23,9 puntos del japonés Traniguchi o los 21,1 del australiano Palubinskas, posteriormente conocido por ser el entrenador personal de tiros libres de Shaquille O’Neil en Los Angeles Lakers.

“Blondet demostró que es un gran jugador, pero inadaptado, está muy lejos aún de ser útil al equipo”, narraba la crónica de Mercader para Mundo Deportivo. A pesar de ello, el puertorriqueño nacionalizado logró 16 puntos, el segundo máximo anotador del plantel culé tras Manolo Flores con 18. Sin embargo, la crónica publicada en ABC no tuvo un buen día como director de orquesta. “Se nota demasiado la ausencia de un auténtico base. No se puede hacer jugar a Blondet atrás en un ataque 1-4”, decía el cronista.

Mi nombre es Walter

Sin embargo el gran protagonista del choque iba a ser Walter Szczerbiak, o simplemente Walter como se escribió en la reseña del encuentro publicada por el periódico La Vanguardia en su página 57 de la edición del martes, 13 de noviembre de 1973. “… Aprovechando el desconcierto que reinó en las filas barcelonistas, y porque los madridistas tuvieron en Walter –su nuevo refuerzo de importación- al más acertado jugador a la hora de tirar a la canasta ya que totalizó 47 tantos”, se escribió en el periódico del Grupo Godó.

cronica LVG

“El juego de los blancos fue tan abrumadoramente compacto que resulta difícil destacar a nadie, pero salta a la vista el nombre de Walter, que consiguió 47 puntos batiendo un auténtico récord en la competición”, se pudo leer en Mundo Deportivo mientras que ABC destacó que “Walter Szczerbiak ha venido a encajar como magnífica pieza de ajuste, pues el neoyorquino es uno de esos jugadores americanos (muy raros) que no ejecuta un solo movimiento de más”.

Con un solo partido oficial, Szczerbiak se convertía en uno de los pilares del Real Madrid y demostraba que iba a ser uno de los mejores jugadores estadounidenses que iba a aterrizar en Europa durante la década de los años 70. Su complicado apellido, que le provenía de sus padres ucranianos, iba a dar tantos problemas a los periodistas como su capacidad anotadora en transición a las defensas del Viejo Continente.

Walter se adaptó al estilo dinámico del Real Madrid que en pista, sobre todo, ejecutaba con Carmelo Cabrera en la dirección. En un artículo para ACB.com escrito por Gonzalo Vázquez, Szczerbiak explica que “a los 10 o 12 minutos salía del banco y allí se acaba todo. Empezábamos a correr y el marcador con nosotros. Adquiríamos ventajas con una facilidad increíble, muchas veces escandalosas y a menudo de más de 20 en Copa de Europa”. Esto quedó demostrado en este partido, al descanso, el Real Madrid mandaba por 55-31.

Este estilo rápido y de transición mejorado por el equipo de Ferrándiz llamó la atención de la prensa desde el mismo inicio de la campaña. “Preciso, seguro, fuerte y muy veloz ha culminado el proceso de reconversión del Real, que esta temporada juega más al contraataque de lo que lo hacía incluso con Sáinz, Sevillano y Emiliano”, analizaba el plumilla de ABC. Unas líneas más adelante se pudo leer “una máquina engrasada y pulida, en la que Cabrera y Brabender “hallaron” su techo en el juego”. A los 47 puntos del estadounidense le acompañaron 24 de Brabender, 22 de Rullán, 16 de Luyk, 12 de Cabrera y 4 de Ramos.

La temporada perfecta

Durante la temporada, Szczerbiak fue el máximo anotador, segundo en Liga tras John Coughram con quien después se alternaría la plaza de extranjero en el club madridista, y estilete ofensivo de un equipo que arrasaba por todas las pistas tanto españolas como continentales. En Liga ganaba 29 de los 30 partidos, tan sólo se dejó un empate (85-85) en su partido de la segunda vuelta ante el FC Barcelona, y se proclamaba campeón en su partido ante el Basconia, cinco jornadas antes de la conclusión de la Liga.

Tras la Liga Nacional de Baloncesto se disputaba la Copa del Generalísimo, donde el Madrid sumó su única derrota del curso en España, en el partido de vuelta de semifinales en la cancha del Barça (73-62), pero logró salvar el average para clasificarse para la final que se disputó en Alicante ante el Juventud de Nino Buscató, al que se venció por un ajustado 87-85.

Con la conquista de la Copa, en mayo se cerraba una temporada perfecta a nivel de títulos ya que a comienzos de abril, el Real Madrid había logrado una nueva Copa de Europa, la quinta, tras vencer en la final al Ignis Pallacanestro Varese por 84-82, Un partido que estuvo a punto de no disputarse por el luto oficial declarado en Francia por la muerte del ex presidente galo Georges Pompidou que prohibía los actos públicos durante tres días y el choque tuvo lugar en el Palais de Sports de Beaulieu, en Nantes. Una final ante el conjunto transalpino que merece capítulo a parte y que vino a coronar a un Real Madrid que finalizaba el torneo con la quinta Copa de Europa y un récord de 12-1, tan sólo cayendo (95-87) en el partido de vuelta de octavos ante KK Radnički Beograd

Esta temporada de éxito y una época de esplendor en la sección comenzaron con la paliza por 60 puntos de diferencia al FC Barcelona pero, curiosamente, no es la única vez que el Real Madrid ha derrotado por este margen al equipo culé y ha ganado una Liga. Fue en marzo de 1977, por un marcador de 138-78, cuando el equipo blanco debía ganar y recuperar los 19 puntos por los que había caído en Barcelona. Otra de las tardes de leyenda de la gran historia de la sección de baloncesto del Real Madrid y que próximamente repasaremos en #RMBVintage

Ficha del partido (Fuente: ABC)

Real Madrid: 125 (55 + 70).

Anotadores: Brabender (24), Ramos (4), Cabrera (12), Szczerbiak (47), Rullán (22) y Luyk (16).

Eliminados: Cabrera (minuto 34) y Rullán (37’).

Estadísticas: 49 canastas con una serie de 22 tiros de fuera convertidos en 48 tiros, 45 por 100 de promedio general en el tiro. 27 tiros libres transformados de 28 ensayados. 33 rebotes capturados, tres tapones, dos asistencias y tres robos de balón. Diez errores en el manejo del balón y 22 faltas personales cometidas.

FC Barcelona: 65 (31 + 34).

Anotadores: Estrada (2), Flores (18), Blondet (16), López Abril (7), Iradier (2), Soler (6) y Carmichael (14).

Eliminados: Iradier (minuto 25) y Blondet (38’)

Estadísticas: 27 canastas. 15 tiros de fuera convertidos de 43 lanzados. 34 por 100 de promedio general en el tiro. 11 tiros libres transformados de 26 ensayados. 15 rebotes capturados, dos tapones, cuatro robos de balón y una asistencia. 17 errores en el manejo del balón y 24 faltas personales.

Carlos Ayllón @carlos_ayllon

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