Liga ACB

#Crónica | Una victoria competida para iniciar la Liga Endesa (70-63)

En un partido complicado, con fallos y con las defensas imponiéndose a las mejores acciones de ataque, el Madrid ofrecía por fin a su público una victoria en casa frente a Hereda San Pablo Burgos.

Imprecisiones por parte de los dos equipos en el primer partido de Liga Endesa, en el que volvía el público al WiZink Center de Madrid. Se estrenaban los blancos con acento francés: Heurtel dirigiendo las operaciones acompañado de Causeur y Yabusele. Junto a ellos, otro que se estrenaba como Adam Hanga, y Tavares como faro del juego interior.

Enfrente, Zan Tabak dirigía a un Hereda San Pablo Burgos reconocible a pesar de sus incorporaciones, con la defensa como gran sello. El partido en el primer cuarto estaba abierto y competido, con Yabusele poniendo en apuros a sus pares y Dejan Kravic paseando la zurda ante Tavares. El tanteo se quedaba así en 21-18.

Con las rotaciones del segundo cuarto, era Poirier el encargado de imponer su ley comiéndose el aro mientras Tyrus McGee sumaba para el conjunto castellano. Pero cuando conseguían adelantarse, llegaba el momento del capitán, jaleado por la hinchada en cada acción: dos triples consecutivos y 5 de diferencia, para obligar a Tabak a pedir tiempo muerto. Que tenía efecto, ya que devolvían el parcial y era Laso el que echaba un tremendo rapapolvo a Tristan Vukcevic:

La defensa cerrada de Hereda San Pablo Burgos obligaba al Madrid a lanzar desde fuera, con poco éxito. Dejando el resultado al descanso en 36-34.

Volvía el quinteto titular en el inicio de la segunda parte del entretenido partido, y Tavares tomaba el relevo del destacado Poirier: un mate y un tapón que eran un clarísimo «aquí estoy yo». Un contraataque llevado a la perfección por Hanga ponía la máxima diferencia (+6, 40-34), pero de manera efímera: era rápidamente contestado por Kravic y Braimoh. Laso se desesperaba en el banquillo por los fallos exteriores de su equipo… Y daba entrada a Nigel Williams-Goss, que respondía con un triple, un robo de balón y una canasta. Otra irrupción sonada, rematada con 3 tiros libres sin temblarle la mano para dejar el marcador en 55-52 antes de los definitivos últimos 10 minutos. Aun así, los burgaleses se encontraban cómodos en el barro. Con una defensa ajustada e intensa.

Seguían los fallos en el triple de los madridistas, pasándose los tres primeros minutos del cuarto sin anotar. La grada, el banquillo y todos los espectadores aprovechaban para pensar en cierto francotirador de Wyoming del que aún se esperan noticias… Por suerte, Poirier seguía con su recital de protección del aro, amargando la existencia de los pívots de San Pablo.

Hanga conseguía desatascar los problemas ofensivos, con Llull de perfecto acompañante: tres triples entre ambos después de un 0/6. El húngaro se estrenaba en su nueva casa de dulce (acababa el partido con 14 puntos y 8 rebotes).

Y para acabar el partido, small ball: dos tiros libres de Yabusele para cerrar un partido combatido y complicado. 70-63, y a mirar hacia el próximo partido. Para seguir ajustando y perfeccionando errores.

Real Madrid 70 (21+15+19+15): F. Causeur (4), T. Heurtel, A. Hanga (14), W. Tavares (8), G. Yabusele (9), N. Williams-Goss (9), T. Vukcevic, C. Alocén, V. Poirier (11), S. Llull (12), J. Taylor (3).

Hereda San Pablo Burgos 63 (18+16+18+11): D. Kravic (8), A. Nikolic (7), V. Benite (2), S. Braimoh (10), X. Rabaseda (7), K. Kullamaee (8), D. Díez (8), T. McGee (8), M. García (3), S. Zack (2).

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