Afrontaba el madridismo el partido de Atenas con poco optimismo debido a las malas sensaciones que venía transmitiendo el equipo y los peores pronósticos se cumplieron, con una derrota que confirma todos los problemas que tiene ahora mismo el equipo.
El inicio de partido avisó de lo que sería la noche para el Real Madrid, el quinteto titular (con Ibaka y Garuba por dentro y Hezonja de 3) demostraba que Mateo estaba sandunguero, y el juego del equipo confirmaba los peores presagios. Campazzo sigue en barrena, probablemente acusando la sobreexplotación desde principio de temporada, y sin él el equipo no carbura. El juego ofensivo madridista brilló por su ausencia, abusando del triple, con un lamentable 0 de 6, y encadenando pérdidas y malas decisiones. Tan solo Hezonja conseguía mantener a sus compañeros en el partido, ayudado por la pelea en el rebote y el inicio a medio gas de Panathinaikos. Esto último cambió a raíz de un espectacular mate de Nunn sobre Hezonja e Ibaka, que encendió a los locales abriendo la primera ventaja del choque, Juancho se sumó a la inercia positiva de su equipo y aprovechó los despistes defensivos de un Garuba que parecía incapaz de pararle mientras su entrenador se olvidaba de que tenía en el banquillo a Ndiaye, que ya ha demostrado ser un mejor emparejamiento para el internacional español. La salida de Tavares a pista supuso otro faro ofensivo para el equipo, con el caboverdiano aprovechando su ventaja sobre Gabriel para anotar por dentro y recortar algo la ventaja.
En el segundo cuarto se mantuvo la misma tendencia, ante el desastroso porcentaje exterior el equipo se agarró a Tavares por dentro, mientras que un Nunn estelar martirizaba a todos sus emparejamientos. Hugo González demostró una vez más que está siendo la mejor noticia de la temporada en clave madridista, y su salida cambió la dinámica del equipo con energía y acciones ofensivas de mérito, como un mate tras rebote en ataque. Buscando incidir en la superioridad en la pintura Chus probó a Bruno Fernando como ala-pívot, con el angoleño castigando en ataque pero más perdido aún en defensa, y concediendo también rebotes ofensivos. La salida de Musa, lejos de suponer puntos y frescura ofensiva desde el banquillo, fue otro lastre a un equipo que seguía siendo incapaz de anotar un triple, lo que hacía que el 40-33 con el que se llegó al descanso fuera un resultado casi milagroso.
Desconocemos qué dijo Chus Mateo a sus jugadores al descanso, pero peor no pudo salir. En apenas dos minutos tras la reanudación el equipo encajó un 8-0 de parcial, con un Musa que veía recompensados sus terribles minutos en la primera parte con la casi totalidad de tiempo de juego en la segunda, en detrimento de un Hugo González que no pisó el parqué hasta que no estuvo el partido perdido, no sea que algún titular ponga mala cara. Cuando parecía que el equipo iba a caerse definitivamente Hezonja abrió la lata del triple para iniciar la recuperación del parcial inicial, secundado por Tavares, que seguía castigando la pintura rival. El equipo llegó a ponerse a cuatro de desventaja, pero una serie de acciones catastróficas, como un 2+1 concedido por un despiste defensivo y una autocanasta del Mario reabrieron la ventaja para los de Ataman. El equipo empezó a acusar la ansiedad y a jugar de forma errática, forzando tiros y perdiendo balones con demasiada facilidad, más aún cuando Campazzo se sentó dejando a Llull a los mandos, ya que Feliz se había borrado en la primera mitad con tres faltas en medio minuto. Aún así un triple del capitán ponía el -10 de cara al último cuarto.
Volvió a repetir Chus la fórmula del doble poste, esta vez con Garuba y Fernando, y aunque ambos estuvieron voluntariosos quedó claro que no son la mejor pareja de interiores posible, más aún cuando se ve que el quinteto con ellos en pista no es algo trabajado. Estos movimientos por parte del técnico madridista dan la misma sensación que cuando alguien pulsa todos los botones en un videojuego esperando que salga bien. Aún así un par de buenas defensas y dos canastas de Fernando y Musa permitían soñar con la machada, aunque fuera un espejismo. El propio Dzanan condenó a su equipo enlazando pérdidas con dimisiones en defensa marca de la casa, ante la pasividad de su entrenador, que sólo reaccionó para meter a Campazzo y Tavares cuando se lo indicaba el Excel. Los locales volvían a ampliar la ventaja de la mano de Grant, que aprovechaba su ventaja física sobre el Facu, y un Juancho que seguía haciendo lo que quería con Garuba primero (su entrenador seguía empeñado en no verlo) y Hezonja después. Mientras tanto el Madrid seguía enlazando malos ataques y triples cada vez peor tirados para firmar un pésimo 11.5%. Hezonja ejemplificó la ansiedad blanca cuando, tras forzar una penetración sin sentido, se quedó protestando una falta para acabar haciendo el balance tarde y mal, concediendo él una infracción en defensa. Como ya hemos dicho, Chus aún tuvo tiempo de cabrear más al personal sacando a Hugo con el partido ya perdido, como premio a sus nuevos minutos.
Derrota que deja una mala imagen global, y que deja a varios actores individuales bastante peor de lo que ya llegaban al partido, que ya es decir, y sobre todo la sensación de que ya en marzo se está lejos de ser mínimamente competitivos a nivel europeo.
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