Un domingo es sinónimo de reposo, buena comida, descanso, meditación, luchar contra la depresión que azota tu ser al pensar que mañana hay que volver al curro y todo lo que ello conlleva. Un domingo es para disfrutar el bien llamado sillón ball, fúrgol, baloncesto, lo que se tercie. Hace no mucho, amigo Sancho, ver al Real Madrid baloncesto estaba equiparado con espectáculos como el rey león y zampar bocatas de calamares como si no existiese el mañana.
Hoy el aficionado medio madridista, está mas cerca de la depresión dominguera al comparar la trayectoria del Real Madrid de Chus Mateo con otros tiempos y otros espectáculos, incluso alguno prefiere actos no reseñables en estas líneas y nocivos para una sociedad cristiana y respetuosa de Dios, que es la que defendemos con ardor guerrero en 24segundosenblanco.
Pero vamos, que me embrollo, el Real Madrid recibía hoy en un duelo por todo lo bajo, a otro cola de león de la Euroliga, el temible (en otros tiempos) Baskonia. El comienzo del partido nos ofreció todo lo que nos prometía en la previa, es decir, más bien poco, debut de Deck (que apenas jugó un minuto antes de ser cambiado) fallos en triples (excepto un inspirado Musa) e igualdad en el marcador y en el mal juego. 21-20 al final del primer cuarto en el palacio, con gente todavía entrando, que los torreznos se digieren de manera lenta.
En el segundo cuarto un poco más de lo mismo, con intentos de Baskonia de romper el partido, hasta siete puntos de renta lograron los vascos, si bien la insistencia individual de Tavares o Hezonja de no perder la cara al partido, logro que la igualdad volviese al electrónico, mas por empujes y empellones que por buen juego amigo Sancho, que igual ves a tres mozos por el suelo corriendo sudorosos tras un balón tras no haber atinado a meterla en esa cesta varias veces, voto al chápiro.
Una volcada bestial de Hezonja ponía al Madrid por delante en los albores del descanso, lo que hizo que el número de bostezos bajara significativamente al menos por unos instantes, que no todo va a ser malo, que al final me vais a decir que soy un vinagre y os echo a los leones junto al burro de mi amigo Sancho. Y con estos dimes y diretes, el descanso llegó a Goya, con los baskonistas mandando 39-40.
Y si pensaban vuestras mercedes que a la vuelta de las cuadras… estooo, de los vestuarios, las cosas iban a mejorar, nada más lejos de sus buenas intenciones: fallos por doquier, bandejas que se salen, balón que apenas se mueve, mozos por el suelo perdiendo la bola. Todo un espectáculo, lamentable, pero espectáculo al fin y al cabo del cual los blancos sacaron una mínima renta, 49-43 en el ecuador del tercer cuarto.
Pero no es el Real Madrid amigo de solucionar partidos con holgura y con tiempo, y más cuando el juego (malo) propicia que un discreto Baskonia pueda venirse arriba en apenas un par de jugadas y volver a igualar la contienda sin hacer nada especial, eso si, con alguna jugada digna de verse nombrada y repetida, el poster que le dedica Hall al bueno de Tavares cumple esos requisitos.
Un triple de Deck permitió a los blancos empezar el último cuarto por delante, 56-53, amigo Sancho. Sancho! Sancho!! No te vayas, que todavía queda un cuarto…
Y todo un cuarto quedaba por aguantar, para el bueno de Sancho y para el que esto suscribe, siendo la tónica igual que los anteriores, seca, sin burbujas, y además sin ginebra, igualdad en el campo y el resabido mal juego de ambas escuadras, que solo alguna racha individual parecía que podía cambiar el ambiente del juego, una cabalgada de Feliz, un tiro libre de Fernando, un triple de Llull en carrera rememorando tiempos pretéritos hacía presagiar una victoria blanca, 69-60 cuando faltaban 5 minutos para acabar, si, amigo Sancho, llegas a cenar, no te preocupes.
Porque ahora si que la tónica fue de color blanco, y no esas ensaladas de colorines que ponen ahora en las discotecas con el gin tonic, Sancho, que menuda resaca llevo, en fin, que el Real Madrid pudo llevarse la victoria de manera ajustada, pero justa, pese a todo lo descrito con cierta subjetividad por el que esto suscribe, que está siendo una temporada muy dura y uno ya es duro de mollera y es difícil subsanar ciertos vicios, y costumbres, como que no se puede ganar ningún partido de manera plácida, y este no iba a ser una excepción y en menos de un minuto, Baskonia volvió a meterse en el partido y sembrar el miedo a la derrota en las cabezas de los blancos, ese ser que tan a menudo los ha visitado este curso.
Victoria al fin y al cabo, 83-78, que afianza a los blancos en el liderato, y si amigo Sancho, ya se que no vuelves a ver un partido, no te culpo.
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