El Carpena acogía esta tarde de domingo la reedición de las dos finales nacionales que se han disputado hasta la fecha en nuestro baloncesto. En ambas, el Unicaja salió victorioso con solvencia, y todo hacía pensar que este duelo no sería diferente, ya que la primera decisión de Chus Mateo fue dejar fuera de la convocatoria al cumpleañero Campazzo, con la vista puesta en la vital doble jornada continental.
El equipo merengue empezó el partido con gran solidez, cogiendo una pequeña pero valiosa ventaja, pese a que esta fue recortada por el equipo local gracias a un tremendo acierto desde más allá del 6,75. Al final de la primera mitad, el marcador señalaba un 48-46 para los locales.
Tras el descanso, Ibón Navarro ajustó, y Tyson Carter desató la locura con canastas de toda factura, cerrando el cuarto con un +10 para los actuales campeones de Supercopa y Copa. Con la baja de Campazzo, la lesión de Bruno Fernando y para dar descanso a Tavares, Chus Mateo apostó por un quinteto formado por Feliz, Rathan-Meyes, Musa, Hezonja y Garuba, y vaya si funcionó.
Feliz, XRM y Garuba cerraban el aro propio, y los brates veían el aro rival como una piscina. Intercambio de golpes gracias al talento individual, y el conjunto merengue lograba una escueta ventaja de 5 puntos. Dos perdidas y un tiro libre fallado de Llull dieron la oportunidad a los locales de poder ganar el partido, pero Carter falló el triple lejano y dejó el contador de su equipo en 23, nuevo récord en ACB.
Victoria de quilates del conjunto merengue, que afronta la doble jornada de Euroliga con la moral por las nubes. Esperemos que siga así la línea del equipo en intensidad y esfuerzo.
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