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#Crónica | Mickey y un milagroso Carroll amargan la noche a un correoso Maccabi

Segunda jornada de Euroliga y segundo partido en casa para el Real Madrid. Tras ganar al Fenerbahce en el estreno europeo los blancos tenían una prueba de altura ante uno de los equipos que puede meterse entre los ocho mejores de la competición. Los israelíes cuentan con varios jugadores con pasado NBA: Quinci Acy, Tarik Black, Nate Wolters y el buque insignia, Omri Casspi.

El Wizink además aplaudió la llegada de un jugador querido por la afición y por el club, Salah Mejri. Un fichaje que aportará más si cabe centímetros y envergadura a la zona, ojo a esa dupla Tavares-Mejri, difícil que jueguen juntos, pero rotando pueden convertirse en la pareja interior más temible de Europa.  

Desde le principio se sabía que el partido no iba a ser difícil. El Maccabi se sintió muy bien en los primeros minutos, apenas dejó circular el balón como le gusta al Madrid. Más de dos minutos necesitaron los blancos para estrenar el marcador. Aunque Randolph enseguida se puso a tirar del carro con un mate y un triple que animó el ataque de los locales. Rudy y Randolph sumaron los 11 primeros puntos del Madrid con 3 triples. Aunque el Madrid no estaba cuajando un buen cuarto anotaba canastas prácticamente de memoria, es lo que tiene este equipo. Se conocen tanto y tienen tanta calidad que apenas les cuesta anotar.

Aún así los visitantes mostraron mucho carácter, algo imprescindible si quieres tener algo que hacer con este Madrid. Empate a 22 al final del primer parcial, máxima igualdad y muy buen baloncesto.

Jordan Mickey ya es uno más

Jordan Mickey fue uno de los protagonistas del segundo parcial con 6 puntos seguidos, se nota que al americano le ha costado poco aclimatarse al equipo. Y es que se nota cuando un jugador es bueno y confía en sí mismo, Mickey tiene movimientos automatizados y una muñeca de seda, algo fundamental en el baloncesto actual. El increíble Llull tardó poco en dejar su huella en el partido con un triple al contraataque. 50-44 al descanso, el Madrid ponía tierra de por medio.

El tercer cuarto empezó prácticamente calcado al comienzo del partido, los visitantes colocaron un 9-0 de parcial y se pusieron tres arriba a en tan solo tres minutos de juego. En ese momento el Madrid lo estaba pasando mal, el Wizink lo notó enseguida y se volcó con sus jugadores. Eso es lo que se ha ganado esta plantilla, el respeto y el cariño de una afición, gane o pierda, siempre en sintonía. El partido fue una ida y venida en el marcador, los blancos más tiempo por delante pero sin conseguir marcharse en el resultado. Los visitantes llegaron a los últimos 10 minutos con un 65-65 gracias a un Dibartolomeo que se puso el traje de anotador y anotó 15 puntos.

Se olía uno de esos finales apretado sen el Wizink, esos que te ponen el corazón a mil pero que son lo más bonito de este deporte. Se notaba en el ambiente que el público quería emociones y el partido las estaba ofreciendo sin duda. A falta de cinco minutos la igualdad reinaba en el marcador (72-72).

Con todo en el aire apareció la pura raza, los jugadores de snagre caliente, aunque en este caso no lo parezca, ese es Gabriel Deck. Un jugador que las mata callando y que cuando todo el mundo se arruga él se viene arriba. El argentino se hizo fuerte debajo de la canasta y peleó todos los rebotes, se nota que estos momentos los disfruta. Por supuesto la polémica se hacía protagonista mediante las decisiones arbitrales, los blancos se quejaron de varias faltas a su favor que no se pitaron. A falta de 50 segundos el Madrid perdía de dos. 

Sin embargo, el hombre de la noche volvió a aparecer, Jordan Mickey cogió un rebote fundamental y provocó dos tiros libres que anotó e igualaba el encuentro. El Maccabi respondió y se volvió a poner por delante. Pero amigos, nada está dicho hasta que suena la bocina, y sino que se lo digan al Barça la pasada temporada en las finales de la Liga. El protagonista es el mismo, el eterno y grandioso Jaycee Carroll, otro que se hace grande cuando todos empequeñecen, un tirador de época que se ha consagrado como jugador clutch y que cuando Llull no concluye sus mandarinas imposibles las lanza él. Corazón a mil pero victoria que cae a favor de los blancos. Otra más. Imbatidos este año. Sigue el camino de un equipo que lo quiere todo. 

 

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