Llegaba el Real Madrid a la primera de sus dos citas balcánicas con la obligación de ganar si no quería complicarse la vida y mantener intactas las opciones de playoffs, y el equipo lo consiguió en un partido sufrido y lleno de altibajos.
El cuadro madridista comenzó el choque a un gran nivel, la ya habitual zona de Chus Mateo descuadró al equipo local, que falto de ideas abusaba demasiado de los lanzamientos de tres, concedidos a los peores tiradores por parte de la defensa madridista, que dejó a Estrella Roja sin anotar durante los primeros 6 minutos de partido. Mientras tanto el equipo blanco carburaba en ataque con dos triples en los primeros compases del encuentro, encontrando a Tavares con facilidad para que el cavoberdiano se impusiera a sus pares en la pintura y con un Garuba que parece encontrar también su papel ofensivo, atacando el aro con energía y aprovechando las segundas oportunidades que él mismo genera. El único pero radicaba en el rebote defensivo, concediendo demasiado a un rival que aún así era incapaz de aprovechar las capturas en la zona madridista.
El segundo cuarto estabilizó un poco el partido con un intercambio de canastas y la ventaja rondando los 10-12 puntos. Bruno Fernando sufrió una lesión de tobillo en una mala caída, provocando la vuelta de Tavares a pista, que trajo consigo otro pequeño arreón blanco de la mano de Llull (4 puntos y 4 asistencias) y un Feliz que hacía sufrir a Teodosic a base de presencia física en los dos lados de la pista, llegando a alcanzar una máxima de +18. Con la segunda falta del pívot africano Mateo se vio obligado a tirar de Garuba como cinco, volviendo a la zona. Si bien Estrella Roja seguía siendo incapaz de castigar la defensa desde la línea de tres sí que aprovechaba para seguir atrapando rebotes ofensivos, llegando a las 15 capturas en la primera mitad. Y es que el Real Madrid de Chus Mateo parece un equipo abonado a las situaciones surrealistas en lo táctico, pues parece imposible que un equipo que defiende tanto tiempo en zona ante uno de los conjuntos que mejor tiran de tres de la Euroliga, que además te coge un número indecente de rebotes ofensivos, se vaya con una ventaja cómoda (+15) al descanso.
Tras el paso por vestuarios el partido se volvió más trabado. Ambos equipos subieron el nivel físico aprovechando la permisividad arbitral, y el quinteto defensivo que tan bien había funcionado de salida parecía no encontrar soluciones en ataque. Chus optó por la solución de emergencia, buscar a Deck al poste, pero al argentino aún le pesa la inactividad y se vio incapaz de generar ventaja, a pesar de que el plan durante la práctica totalidad del cuarto fue buscarle una y otra vez en la misma situación, en otra muestra de la falta de cintura del técnico blanco. Por suerte para los intereses madridistas Estrella Roja seguía sin acierto ofensivo, y tan solo la energía de Brown y el partidazo de Miller-Mcintyre les hacían recortar la ventaja a 10 puntos.
Entrando al último cuarto por fin Chus abandonaba la idea de buscar a Deck al poste, situación que agradecieron tanto el equipo como el propio jugador argentino, que centró sus esfuerzos en un par de buenas defensas y en reactivar su conexión con el Facu para anotar remontando línea de fondo. Aún así el equipo seguía espeso y los serbios continuaban haciendo la goma, sin llegar a ponerse a distancia de tiro pero tampoco yéndose del partido. Feliz ofrecía descanso de calidad a Campazzo, mientras que los brates, llamados a desatascar el choque saliendo desde el banquillo, naufragaban en un recital de malas decisiones y tiros forzados sin éxito.
Especialmente flagrante fue el partido de un Musa que no dio pie con bola en la segunda mitad, haciendo más inexplicable aún la insistencia de su entrenador en el bosnio.
Con el partido encarando la recta final en el alambre asistimos a una muestra de la dirección que está tomando la Euroliga de la mano de Bodiroga. De un enganchón bien resuelto por los colegiados entre Kalinic y Tavares, con doble antideportiva para ambos, pasamos a un recital de decisiones inexplicables, como una falta de tres tiros para Miller-Mcintyre o una fuera de banda resuelta en el instant reply mirando planos que no dejaban nada clara la situación. Y es que parece que alguien quiso mandar un aviso a navegantes ante las noticias surgidas esta semana con respecto al desembarco Europeo de la NBA. Por fortuna, el conjunto serbio fue víctima de la falta de acierto que venía sufriendo durante todo el choque, y fue incapaz de aprovechar las vidas extra que el trío de naranja tuvo a bien concederles.
En el carrusel final de tiros libres Llull y Campazzo hicieron gala de su sangre fría para cerrar un triunfo clave en las aspiraciones del equipo, que permite incluso soñar con evitar el play-in.
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