El Madrid cerró la primera semana “normal” en mucho tiempo en lo que respecta al calendario con una victoria sin forzar demasiado la máquina ante el actual colista de la competición, un Leyma Coruña que no fue rival para el conjunto blanco, gracias a una gran actuación de Ibaka, la mejor de su carrera en ACB, y a un Campazzo que dominó el choque en los escasos minutos que disputó.
Arrancaba el encuentro con la baja de Tavares, de la que no ha trascendido el motivo (el club y su política de comunicación), sin el caboverdiano, y con el nuevo fichaje Bruno Fernando aún sin entrar en la lista, Ibaka asumió el papel de pívot titular, y no pudo hacerlo mejor. Desde el salto inicial el jugador hispanocongoleño dominó la zona en ambos lados de la pista, imponiendo su ley ante un Diagne que no podía pararle y que tampoco conseguía hacerle cosquillas en defensa. A la par del dominio interior madridista, Facundo Campazzo generaba ventajas con facilidad a través del bloqueo directo, encontrando casi sin esfuerzo tiros liberados para sus compañeros, que respondieron con acierto (4/6 en triples en el primer cuarto). Mientras tanto Ndiaye se encargaba de amargar el regreso al palacio a Trey Thompkins, que recibió el cariño del público madridista, pero que no encontraba el acierto en este inicio de partido. Un 13-0 de parcial, roto por dos triples del conjunto gallego, abría la primera ventaja local al final del primer cuarto, 29-12 y la sensación de que la tarde iba a ser plácida.
En el segundo parcial el equipo continuó con la ventaja gracias a la energía de los tres canteranos en pista, Hugo González aprovechaba los minutos aplicándose en defensa y atacando el aro con decisión, y tanto Garuba como Ndiaye iban a la zaga de su compañero, dejando momentos de buen entendimiento entre los dos interiores en ataque, y siendo un incordio constante en defensa para el rival como ya es habitual. Por si fuera poco, Ibaka regresaba a pista tal y como se había ido, siendo un martirio constante para Coruña, que no encontraba la manera de pararlo. Tan solo la relajación al final del segundo cuarto, coincidiendo con la salida de un Llull demasiado obcecado con anotar (está a tres triples de alcanzar los 1000 en acb), dio algo de alas a los visitantes, que con una racha de 2-9 liderada por Scrubb acortaban algo la ventaja y se llevaban el marcador parcial del segundo cuarto, sin que peligrase la ventaja blanca.
Mateo no quiso sustos tras el paso por el vestuario y mantuvo la rotación habitual en la reanudación, con el cambio de Hezonja por Ndiaye. El croata también estaba viendo sus minutos reducidos aprovechando la comodidad del partido, pero aún así quiso dejar su huella en el mismo con 8 puntos de salida que permitían al equipo alcanzar la máxima ventaja (26 puntos) en el choque. El partido parecía finiquitado, ya que el rival no encontraba la forma de parar la generación de ventajas madridista a partir del bloqueo directo, ni tampoco conseguía vías al aro blanco. Tan solo una nueva relajación por parte local, coincidiendo con unos flojos minutos de Andrés Feliz a los mandos, igualaba algo el choque.
Dicha relajación madridista continuó al inicio del cuarto cuarto, y de la mano de un Thompkins que por fin conseguía anotar, el cuadro gallego reducía diferencias hasta bajar de los 10 puntos. Mateo reaccionó dando entrada a Campazzo y Hezonja, y el argentino procedió a ordenar el juego madridista, y a producir puntos por su cuenta con varias penetraciones de mérito, mientras que Mario castigaba a Trey tanto en defensa como en ataque. Una vez sofocado el amago de remontada, el partido quedó visto para sentencia en unos minutos finales en los que lo único que estaba en juego era la diferencia que permitiría al Real Madrid acabar la jornada como líder (14 puntos), objetivo que también se acabó cumpliendo.
En resumen, una victoria plácida, que ha permitido repartir minutos, aliviar a jugadores clave y de paso alcanzar el liderato. El equipo ahora podrá disfrutar de unos días de descanso antes del encuentro del viernes contra Mónaco, en unas semanas que están dando algo de respiro al cargado calendario.
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