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Conociendo a ….. Jeffery Taylor

NBA: Charlotte Bobcats at New Orleans Pelicans

Con el movimiento del mercado de fichajes y su correspondiente proliferación de rumores que agitan y animan el mismo, es necesario tener los ojos bien abiertos y muy presente esa máxima con la que separar el hierro de la paja: “Hasta que no hay firma, no es oficial”. Porque al calor del verano surgen imprevistos, cambios de opinión, problemas médicos o, como en este ejemplo, administrativos, que dificultan e incluso imposibilitan esas operaciones que todas las partes daban ya por cerradas.

Y he aquí el último de una innumerable lista de ejemplos: Hace unos días, parecía cerrada la renovación de KC Rivers con el Real Madrid y, lejos de los círculos madridistas, Maccabi de Tel-Aviv se presentaba como destino para Jeffery Taylor, para muchos, un desconocido. Y a estas horas de la noche no sabemos qué será del norteamericano con pasaporte de Guinea-Bissau, pero sin tiempo que perder, el Madrid ha cerrado el fichaje de su sustituto, el aún semidesconocido en la órbita europea Jeffery Taylor. Esperemos que este artículo sirva para arrojar algo de luz sobre el nuevo fichaje blanco.

2.01 de estatura y en torno a unos 100 kilos de peso, Taylor es un perfecto jugador de equipo. Sin destacar especialmente en nada en el apartado ofensivo, es un jugador altamente versátil. Físicamente privilegiado, aúna capacidad de salto y rapidez, por lo que es un buen penetrador aunque también tiene buena mano desde lejos, apartado que ha ido mejorando a lo largo de su carrera. Aunque donde más tiene que ofrecerle al Real Madrid es en el aspecto defensivo: Jeff es un jugador entregado en el aspecto defensivo, tanto en el 1 para 1 como cubriendo líneas de pase. Y, como he mencionado anteriormente, es un jugador rápido, algo que se adapta perfectamente al estilo del Real Madrid: Intensidad defensiva y salir rápido al contraataque. Por ello, creo que Taylor debería encajar muy bien en este Real Madrid de Pablo Laso.

Una de las principales razones de que Taylor sea el elegido es su lugar de nacimiento. Porque al contrario de lo que su nombre pueda indicar, Jeffery Matthew Taylor vino al mundo en Norrkoping, Suecia, el 23 de Mayo de 1989. Hijo de un norteamericano que hizo carrera en el país escandinavo, Jeffery creció allí y no fue hasta los 17 años cuando decidió cruzar el charco y seguir los pasos de su padre, jugando en el instituto donde éste fue una estrella en los 70. El impacto fue inmediato y pasó de ser un desconocido a uno de los mejores jugadores de New Mexico. Le esperaba un hueco en el programa deportivo de la universidad de Vanderbilt.

En Vanderbilt fue poco a poco mejorando su juego y completándolo. Para 2011 ya se le consideraba uno de los mejores defensores de la NCAA, en buena parte gracias a su entrega y versatilidad para defender tanto a jugadores más altos como más bajos que él. Completó los 4 años de ciclo universitario, mejorando notablemente su principal debilidad, el tiro exterior, pasando de un pírrico 9% a un 42% de acierto en triples en su año senior. Los expertos le esperaban en primera ronda del Draft, pero fueron los Charlotte Bobcats los que se decantaron por él con el pick 31 del Draft de 2012.

Y ya en su año de rookie fue una de las sensaciones del conjunto de Carolina del Norte. Cuajó una buena campaña en el aspecto individual tanto saliendo del banquillo como de titular en algunas fases, aunque los resultados no acompañasen. 6.1 puntos en 20 minutos de promedio son cifras nada despreciables para un novato cuya aportación al equipo no se refleja especialmente en los números. Aquel 2013 disputó el Eurobasket con Suecia, siendo máximo anotador del mismo con 21.2 puntos por encuentro y destacando en la sonada victoria de los nórdicos ante Rusia por 81-62.

Leyendo todo esto, no parece lógico que un jugador con esa proyección y esas expectativas creadas esté, sólo 2 años más tarde, fuera de la NBA. Pero tras 2013 comenzó el calvario de Taylor: Primero una rotura del tendón de Aquiles le apartaba de las pistas en Diciembre, cuando estaba, incluso, aumentando su aportación al equipo. Y tras una temporada casi entera en blanco, cuando estaba listo para volver, en Septiembre del año pasado, fue arrestado por malos tratos a su pareja y suspendido por la NBA. El resultado es que se ha perdido más de 100 partidos en las últimas 2 temporadas. Su nombre ha acabado perdiéndose entre el banquillo, la D-League y la lista de lesionados. Charlotte, la ciudad en la que despertó tantas esperanzas, le ha dado la espalda.

En mi opinión, el Real Madrid se lleva un jugador que, si alcanza su máximo nivel, está a la altura de los mejores escoltas/aleros de Europa. Bien es cierto que llega a un equipo en el que, a priori, no tendrá tanto protagonismo como le ofrecían otros. Pero su atleticismo es muy aprovechable en el ámbito ofensivo y su versatilidad y entrega en defensa se adaptan perfectamente a este Real Madrid. Y, sobre todo, Taylor llega a la capital española con hambre y ganas de recuperar sensaciones. A sus 26 años, el sueco llega necesitado de confianza para volver a ser el jugador que fue, y que todos creíamos que podía ser. Y el campeón de Europa es el escenario idóneo para intentarlo.

Nacho Anaya Coll

@Anaya_coll

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