Probablemente la última vez que los dirigentes de la sección de baloncesto hicieron una apuesta arriesgada y salió bien ocurrió en el verano de 2021. El Real Madrid acababa de firmar a un base llamado Nigel Williams-Goss, procedente del Lokomotiv Kuban, que jugaba Eurocup, y con un bagaje de apenas un puñado de partidos en Euroliga con el Olympiacos unos años antes.
Con la marcha del Facu rumbo a la NBA la dirección deportiva del Real Madrid estaba obligada a reforzar la posición de base. El nombre de Williams-Goss a priori no era el que más entusiasmaba al madridismo. Pero aterrizó en Barajas, se vistió de corto, jugó un puñado de partidos… Y salió bien. Especialista defensivo y un perfecto complemento a añadir a nuestro juego exterior de por aquel entonces.
Cuatro temporadas después la situación es bien distinta. Por el camino fueron abandonando el proyecto hombres clave en la historia reciente de la sección de baloncesto, como Pablo Laso, Rudy Fernández, Sergio Rodríguez o Anthony Randolph. Y también fueron abandonando el parquet de Goya un buen puñado de jugadores más secundarios pero que le daban una solidez al equipo nada desdeñable.
Llegamos al fatídico verano de 2024. Sí, fatídico…. pero no nos adelantemos. Se marchó Yabusele a la NBA. Se retiraron Rudy y el Chacho. Causeur se va a Milán y Poirier a Estambul. Buscar reemplazos de garantías para todos ellos no era una tarea sencilla. Se fichó a Andrés Feliz, procedente del Joventut – con traspaso incluido. Se firma un añito a Ibaka y se consigue repescar a Garuba tras su discreto periplo por la NBA. También se trae a un desconocido Xavier Rathan-Mayes, uno de tantos americanos que decidieron buscarse la vida en ligas menores más allá de las fronteras de su país. Esta última incorporación apestaba a fichaje típico de la época de Joan Plaza, la verdad. Massey, Hosley, Pelekanos… uff tiempos duros solo aptos para true fans.

Tras tantos años de bonanza, nada podía salir mal, creían. Nada más lejos de la realidad. Hoy en día, a fecha de febrero de 2025, podemos afirmar sin tapujos que la planificación deportiva de la temporada ha sido un fracaso. Más allá de haber ganado o no la final de Copa el pasado domingo, el hartazgo en la afición es más que evidente. Ni el juego ni los resultados han acompañado en lo que llevamos de temporada. Y lo que es peor: no hay visos de que la cosa vaya mejorar en los próximos meses. Y esto es algo que ni Bruno Fernando ni la espantada de Dennis Smith Jr o el hipotético fichaje de Patrick Beverley va a remediar. Hay que exigirle más a uno de los tres presupuestos más altos de la Euroliga.
En mi opinión las culpas deben ser repartidas. Ninguno de los fichajes ha dado la talla. Esto hay que anotarlo en el debe de Juan Carlos Sánchez y Alberto Herreros. Verano fatídico, ahora sí. Tampoco los hombres importantes del roster con gran estatus salarial han dado un paso adelante a la hora de asumir todavía una mayor responsabilidad en el equipo más allá del pataleo en redes sociales, tan digno de un adolescente con las hormonas revolucionadas como impropio de un jugador del Real Madrid.
Es cierto también que Chus Mateo se está mostrando como un técnico con muchas limitaciones en cuanto a dirección de campo, y que no está logrando sacar lo mejor de su plantilla, en definitiva, a día de hoy no es el Head Coach que necesita este equipo, pero admitamos que en esta ocasión nadie le ha puesto las cosas fáciles.
Su más que deficiente gestión de las rotaciones en partidos importantes o su escasa aportación táctica al juego del equipo, especialmente en la faceta ofensiva, no debería ser ninguna sorpresa para cualquiera que siguiese los encuentros del equipo estas últimas temporadas. Incluso cuando se ganó la última Copa de Europa aka Euroliga.
Nunca me ha gustado hacer leña del árbol caído y con Chus no va a ser distinto. Ya he dejado lo suficiente clara mi opinión unas líneas más arriba. Alberto Herreros y Juan Carlos Sánchez, es el momento de asumir responsabilidades y tomar decisiones en los próximos meses. Ya no se puede utilizar como excusa la falta de presupuesto – a los últimos presupuestos aprobados en Asamblea me remito – o que el proyecto del Barça está absolutamente intratable – todavía dan más pena verles que a nosotros, eh.
Hala Madrid
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